Un dron es un dispositivo volador controlado por un sistema remoto. En España se emplean también los términos UAS y RPAS para definir el sistema integrado por tres elementos: el dron, la estación de mando y control a distancia y el piloto. Gracias al avance del progreso tecnológico, el uso de drones está en constante aumento y, entre los nuevos campos de aplicación, destaca la vigilancia ambiental, con la monitorización de la calidad del aire como una de las aplicaciones más novedosas. Estos drones pueden ser usados para medir la calidad de aire en ciudades (tráfico), industrias pesadas (minas abiertas, petroquímicas, parques naturales, etc. Asimismo, puedan ser utilizados para la detección de fugas de contaminantes.
Ventajas del uso de drones en la medición de la calidad del aire
Para la vigilancia de calidad del aire los drones tienen la capacidad de recopilar, analizar y entregar datos precisos y de manera rápida y económica. Técnicos, investigadores y empresas adoptan el uso de drones para reemplazar o complementar el uso de equipos terrestres , limitados en su cobertura geográfica.
Extendiendo el conocimiento de la concentración de contaminantes a la tercera dimensión permite estudiar con mucha más precisión la dispersión de los mismos, alimentando los modelos de predicción con datos reales.
La tecnología de drones acaba de nacer, y es previsible que siga produciéndose una progresiva reducción de costes, dimensiones, consumos y peso de los componentes electrónicos. La versatilidad de los drones permite equiparlos con de instrumentos de medición y llevarlos hasta puntos inaccesibles para las personas; además, los drones aportan seguridad a los trabajadores a la hora de monitorizar en tiempo real entornos contaminados o peligrosos.
El desarrollo de sensores cada vez más pequeños y ligeros, de forma que pueden montarse en drones de reducidas dimensiones, ha facilitado el reemplazo de los primeros modelos de ala fija por aparatos multirrotor. Dicha configuración de multicóptero facilita el pilotaje y ofrece posibilidad de operar en espacios reducidos, gracias a la capacidad del vuelo vertical y estacionario.
¿Cómo mide un dron la calidad del aire?
Los drones, gracias a la capacidad de transportar un conjunto de sensores, son capaces de actuar como estaciones de medición móviles en casi cualquier punto del espacio. Este tipo de drones miden en tiempo real parámetros como la concentración de todo tipo de contaminantes, la humedad relativa del aire, la temperatura, la presencia de compuestos orgánicos volátiles, etc.
Los drones sirven sobre todo para medir la calidad de aire en exteriores, aunque en casos concretos puede extenderse a interiores amplios, como plantas de producción y centros logísticos. Para optimizar el sistema de medición ambiental, un control central puede gestionar una pequeña flota de drones, en función de patrones de viento y condiciones de operación de la fuente contaminante, y dirigirlos hacia los puntos de muestreo más estratégicos. Los drones envían los datos de forma periódica o en tiempo real a un módulo de comunicación central y permanecen en espera de un nuevo conjunto de instrucciones.
La capacidad de desplazarse y efectuar mediciones en grandes áreas resulta el factor diferencial de los drones con respecto a las estaciones fijas de monitoreo de la calidad del aire, que sólo pueden registrar los contaminantes alrededor de cada punto de monitoreo. En contrapartida, el principal desafío que enfrentan los drones actuales es una autonomía de vuelo limitada.
La empresa Sensaero soluciona ambas carencias al combinar la medición con drones y estaciones terrestres móviles. El uso conjunto de ambas tecnologías aporta un flujo de datos sobre la presencia de contaminantes, que se puede personalizar a la medida de las necesidades del cliente. Según requiera el proyecto, la carga de pago del dron de medición se configurará con sensores específicos de los parámetros que se necesiten.